CAMBIO de CHARO BOLIVAR


-Aquí Alpha Charly, ¿alguien me escucha?, cambio.

Nadie.

Me apoyé contra un muro derruido que llegaba a taparme la cabeza. Las balas golpeaban alrededor, tenía mucho miedo. Mi compañero yacía en el suelo, con un tiro en la cabeza. ¡Malditos sean los asesinos! Nos amenazan, nos provocan, y nosotros que somos los defensores de la libertad venimos a morir por ellos. Esta no es mi causa, pero mi patria me lo ha pedido, mi honor y mi reconocimiento. Si he de morir, moriré, sabiendo que por lo menos seré un héroe.

Apreté fuertemente el fusil contra el pecho y con un grito sobrecogedor me puse en pie y salí corriendo hacia la trinchera, debía matar a esos malditos hijos de puta… acabaré con ellos, porque mi lucha es justa… porque se lo merecen… porque son unos irracionales…Corría, mientras las balas caían a mis pies, las salteaba como si la mano de Dios me acompañara a cada paso. Pensé que Dios estaba de mi lado y sólo por eso debía vencer.

Me detuve sólo un instante ante el tanque que les servía de parapeto. Mis ojos y sus ojos se miraron, nos adivinamos sin saberlo y por mucho que intenté apretar el gatillo no pude hacerlo. Era una mirada desesperada la que me devolvió al presente, una mirada de apenas ocho años, sucia y asustada, tanto como yo. Los dos fusiles se encañonaron y el primer disparo sonó como la última súplica de un moribundo.

…mi patria me pedía acabar con ellos, no dejar ni un solo superviviente que pudiese mantener la lucha, exterminar a los infieles y descreídos salvajes de oriente... mi patria me pedía luchar hasta la muerte…

Ahora soy un héroe, tengo mis medallas sobre mi limpio uniforme, todos me aplauden mientras las salvas de honor anuncian mi regreso. El presidente, los ministros, los altos mandos, todos acuden con sus mejores galas.

Mi Dios jamás me mandó matar niños.


(c) Charo Bolívar - mayo 2005